Las mujeres seguimos pisando fuerte, y cada tanto tiramos un caño.
Seguimos siendo testigos privilegiados del gran cambio de paradigma cultural del sxxi, donde nos coloca, a las mujeres, en un lugar no detrás del hombre, sino a su costado. Supimos romper ese orden jerárquico que ubica al “macho” por encima de todo y seguimos entrando en espacios que antes nos eran negados, entre ellos, el fútbol.
La selección femenina da que hablar, lamentablemente no solo de sus fantásticas actuaciones sino como punto clave de demostración desigual. Es un hecho, el fútbol en Argentina se viste de hombre, por lo menos comercialmente hablando, se sabe de los altos sueldos que cobran los futbolistas de equipos grandes, la gran convocatoria a dichos partidos,y que son centro protagónico de este espectáculo. Pero, de lo que no se habla es del maltrato que reciben las jugadoras de fútbol femenino. Sin reclamar los mismos tratos, cosa que sería imposible ya que el fútbol femenino no mueve grandes masas y no es un deporte popular, las jugadoras se están haciendo escuchar, tanto en la selección como en sus distintos clubes. Hablando de Argentina, la selección esta en pleno crecimiento, mayormente cuenta con jugadoras semiprofesionales, ha conseguido dos títulos como, la Copa América Femenina en 2006 y los Juegos Sudamericanos en 2014; este año quedaron 3° en la Copa América Femenina, participaron por primera vez en los juegos olímpicos 2008 y también han conseguido otros títulos con las selecciones femeninas sub 20 y sub 17. En la última Copa América quedaron a la luz los destratos que reciben como, la falta de indumentaria ya que denunciaron que vienen usando los mismos uniformes desde 2010, los traslados en micros de larga distancia donde han tenido que dormir por falta de hotel, el pago de viáticos que ha tenido que salir de sus propios bolsillos, y el poco reconocimiento publicitario que hay de sus competiciones, entre otros. Sin embargo, este mismo año la selección tuvo un importante partido de repechaje que le daba el pase a la Copa Mundial Femenina 2019 que se disputará en Francia, donde gracias a la escucha de reclamos, entrenaron en el predio de AFA en Ezeiza y durmieron en las mismas habitaciones que utilizan los jugadores de la selección masculina.
Si nos vamos particularmente al fútbol argentino, la mayor competición es la Primera División de Fútbol Femenino, que se juega desde 1991, donde el equipo campeón clasifica a la Copa Libertadores Femenina y el último en la tabla desciende a la segunda división (y última) del fútbol argentino. La primera división cuenta con 16 equipos, entre ellos Boca Juniors, River Plate, de los más conocidos por su fútbol masculino, y otros como la UAI de Urquiza, la cual gano la Copa de Oro este mismo año. Dentro de los equipos más ganadores tenemos a: Boca Juniors con 23 campeonatos, River Plate con 11, la UAI de Urquiza con 4 y San Lorenzo con 2. Dentro de sus clubes las jugadoras no cobran un sueldo por el cual puedan mantener su vida dependiendo únicamente del fútbol ni tienen una convocatoria que se asemeje a la convocatoria habitual de dichos clubes, tampoco juegan en las respectivas canchas, sino que suelen jugar donde juega la reserva del club o canchas de entrenamientos, donde los partidos (por lo menos los de Boca Juniors) son de entrada libre y gratuita. Sin embargo, se sigue avanzando en estas instancias ya que, por ejemplo, en Boca, hubo reclamos por parte de periodistas e hinchas donde pedían que el plantel femenino dispute por lo menos las finales o partidos importantes en la Bombonera.
Otro de los reclamos fuertes e importantes viene por parte de las pioneras del fútbol femenino, reconocidas por llegar al Mundial Femenino en 1971 a pulmón, vendiendo en las calles y cociendo sus números en las camisetas. Les ganaban a Inglaterra 4-1 un 21 de Agosto; hoy en día, se pide a la Legislatura de la Ciudad Buenos Aires que el 21 de Agosto sea declarado como el Día de las Futbolistas. Hay una campaña desde su página, Pioneras del Fútbol Femenino, donde periodistas reconocidos por cubrir este deporte e hinchas insisten para que lo aprueben.
La poca importancia que hay en los clubes a este deporte va a ir desapareciendo, ya se dan indicios de esto. Es un logro tras logro ver las mejoras en el fútbol femenino y su reconocimiento, por mas pequeñas que sean, y saber que son consecuencia al gran movimiento de mujeres que sigue creciendo día a día, y por suerte mejora la vida de muchas, tanto privada, personal como profesional, ya sea la de una deportista o una abogada. Gracias a la caída de estereotipos impuestos por la cultura machista, donde se veía el fútbol como un deporte para hombres, ellas se hacen escuchar. Seguirán los reclamos, y esperemos que sigan atendiéndolos. Esto ya cambió, y ahora es todo para adelante, en un mundo donde las mujeres pisamos fuerte, y cada tanto tiramos un caño.
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